¿Qué temperatura de color elegir para cada estancia?

Entendiendo el concepto de temperatura de color

La temperatura de color se refiere a la tonalidad de la luz en cuestión. Se mide en grados Kelvin (K), aunque no refleja exactamente una temperatura de luz. 


¿Qué son los grados Kelvin?

El uso de grados Kelvin para medir la temperatura de color de la luz se debe a un experimento realizado por un físico británico en el siglo XIX, quien calentó un fragmento de carbón, y comprobó que a medida que su temperatura aumentaba, su color iba cambiando: a 1.500 grados kelvin cambió a color rojo, a 3.100K a naranja, y a 6.600K a azul. 

De este experimento se obtiene la gráfica de temperatura de color para la luz.

Tipos de temperatura de color

Dependiendo de la temperatura de color, más cálida o más fría, podemos distinguir entre tres tipos de luces:

  • La luz cálida se encuentra entre 1.500 a 4.500K. Se trata de una luz con tonos desde rojos hasta amarillos. Suelen ser luces agradables y acogedoras. Los halógenos y bombillas incandescentes antiguas tenían esta temperatura de color.
  • La luz neutra abarca desde 4.500 a 5.500K, y es una luz de color blanco natural.
  • La luz fría va desde 5.500 hasta 8.500K. Es una luz muy blanca, e incluso puede llegar a ser de tonos azules. Se trata de la luz más similar a la de un día despejado.

Temperatura de color de las luces LED

La tecnología LED tiene múltiples ventajas en iluminación. Actualmente, podrás encontrar bombillas tipo LED con diferentes grados Kelvin, de forma que puedas seleccionar la tonalidad de blanco que prefieras. Así, dependiendo de la estancia o lámpara en la que vas a necesitar tu nueva bombilla puedes ajustar su temperatura de color para que se adapte a las necesidades.

¿Qué temperatura de color es mejor para cada estancia?

Cada tipo de luz tiene unas características determinadas y será más idónea para un espacio u otro. Dependiendo de la estancia en la que se necesite la fuente de luz será mejor elegir una temperatura de color para las lámparas.


La luz cálida simula la luz de una vela, por lo que tiene un tono ligeramente amarillo. Consigue un ambiente muy agradable y acogedor, por lo que es perfecta para ambientes de relax y confort. Es la temperatura de color perfecta para lámparas de salones, comedores y dormitorios, como podría ser la lámpara Layham, que combina perfectamente con una bombilla de tonalidad cálida. 


La luz neutra es la más versátil, ya que puede utilizarse prácticamente para cualquier estancia. Es la luz que mejor permite ver los tonos de los colores con la mayor exactitud posible, además de facilitar las tareas que requieren concentración. Es perfecta para estancias donde se vaya a leer, un despacho o la cocina, por ejemplo con nuestra lámpara colgante Newtown.


La luz fría tiene un toque azulado, por lo que da sensación de frescura y limpieza, por lo que es idónea para baños, por ejemplo para lámparas de pared como Vadumi con la que ver correctamente en el espejo del baño. Además, en ocasiones este tipo de luz mejora la concentración, siendo recomendada para oficinas, despachos, o zonas de estudio.

 

 

Pese a esto, la temperatura de color no tiene porque ser uniforme en toda una estancia, se pueden combinar luces LED de diferentes grados Kelvin, consiguiendo dos opciones:

  • Por un lado, crear un espacio polivalente, en el que según la necesidad se utilice una tonalidad de blanco u otra. Por ejemplo, a la hora de cocinar lo mejor será una luz neutra o blanca, que permite ver todo con la suficiente claridad, pero en el mismo espacio (la cocina) pero diferente situación, como por ejemplo sentarse a tomar algo relajadamente con unos amigos, una luz cálida creará un espacio mucho más cómodo y familiar.
  • Por otro lado, utilizar luces LED con diferentes grados Kelvin en una misma estancia puede crear una interesante combinación. Un salón con una lámpara colgante con luz neutra y una lámpara de pie con luz cálida colocada junto al sofá o sillón puede dar una sensación acogedora al espacio.

¿Cómo saber la temperatura de color de una bombilla?

Una vez encendida la bombilla puede ser sencillo saber si se trata de luz cálida, neutra o fría, pero quizá no lo puedas determinar con exactitud. Por eso, para conocer correctamente la temperatura de color debes recurrir a sus especificaciones técnicas. Lo más común es que esta aparezca en grados Kelvin, de forma que podrás saber de cada luz LED su tonalidad de blanco. 


La temperatura de color de las lámparas debe adaptarse a la estancia en cuestión y las tareas que se desempeñen, por lo que conocer todos los conceptos en relación con la tonalidad de la iluminación es importante a la hora de escoger. Si necesitas asesoramiento al respecto no dudes en ponerte en contacto con nosotros, y nuestros profesionales en iluminación te ayudarán a configurar todo el alumbrado que necesitas.