Luz directa y luz difusa, ¿cómo utilizar cada una de ellas?

Dos tipos de luz muy comunes en el diseño de iluminación son la luz directa y la luz difusa. Ambas tienen características distintas que las hacen ideales para diferentes situaciones y objetivos. Si quieres saber qué son, cómo se utilizan y qué efecto pueden tener en la iluminación de los distintos espacios, ¡sigue leyendo!

Diferencias entre luz directa y luz difusa

Antes de decidir qué tipo de iluminación utilizar es importante entender la diferencia entre la luz directa y la luz difusa. A grosso modo, mientras que la primera de ellas es más intensa y focalizada, la segunda es más suave y envolvente. Pero sus diferencias son mucho más amplias.

La principal diferencia entre la luz difusa y la luz directa es la forma en que se emiten los rayos de luz. En el caso de la luz directa, estos nacen de una fuente puntual y se propagan en línea recta hasta alcanzar su objetivo, generando sombras oscuras y proyecciones precisas. 

En cambio, la luz difusa se emite desde una fuente amplia y se dispersa en múltiples direcciones, creando una iluminación uniforme y sin sombras muy marcadas.

Si lo que pretendes es iluminar objetos específicos, entonces la luz directa es tu mejor opción. Gracias a ella conseguirás enfatizar los detalles y las texturas. Es por esto que se usa frecuentemente en espacios que requieren una iluminación puntual, como cocinas, oficinas o tiendas.

La luz difusa, por su parte, es perfecta para crear un ambiente acogedor y relajante. Se suele usar en espacios amplios donde se pretende crear una iluminación uniforme y agradable para la vista. Además, también es ideal para resaltar objetos sin producir reflejos deslumbrantes, como sí ocurriría con una luz directa.

Cómo crear una iluminación difusa adecuada

Hay ciertas cosas que es importante tener en cuenta a la hora de crear una iluminación difusa adecuada, como pueden ser la distribución de los puntos de luz, el tipo de bombillas y la posición de los difusores.

Lo primero que hay que intentar es distribuir los puntos de luz de manera uniforme en el espacio que estás iluminando. Esto quiere decir que se debe evitar tener una fuente de luz muy brillante en un solo punto para que no se produzcan sombras antiestéticas y se pierda esa sensación de ambiente acogedor.

Lo ideal es colocar varias fuentes de luz difusa en diferentes lugares del espacio para intentar que la luz quede distribuida lo más uniformemente posible. En este sentido, puede elegir entre multitud de lámparas según la decoración de la zona, como esta lámpara de techo de madera Piglionasso

Este material contribuye a crear ese ambiente tranquilo y confortable que genera una luz difusa, pero la gran variedad de materiales y colores disponibles te ayudarán a poder combinar las lámparas perfectamente con la decoración de tu hogar o negocio.

Otro factor importante es el tipo de bombillas que vayas a utilizar. Las bombillas LED son una excelente opción para iluminación difusa, ya que emiten luz suave y uniforme, además de ser muy eficientes en el consumo de energía. En cuanto a la tonalidad, lo ideal para mantener un ambiente acogedor es la luz blanca cálida.

Por último, la posición de los difusores es crucial para lograr una iluminación difusa adecuada. Si utilizas lámparas de pie, como la Baya LED, asegúrate de que las pantallas estén bien colocadas y que no emitan luz directa hacia los ojos. En el caso de las lámparas de techo, utiliza difusores o pantallas que dispersen la luz de manera uniforme por toda la habitación.

Cuándo es mejor utilizar lámparas de luz directa

Aunque la luz difusa es una excelente opción para iluminar espacios amplios y crear un ambiente suave y acogedor, hay situaciones en las que la luz directa puede ser una mejor opción. Estos son algunos escenarios en los que es mejor utilizar lámparas de luz directa:

  • Tareas que requieren precisión: la luz directa es ideal para iluminar áreas de trabajo que requieren precisión, como un escritorio. Con este tipo de luz, los detalles y las texturas se visualizan mejor, lo que facilita la realización de tareas como escribir, leer o trabajar con herramientas.
  • Iluminación puntual: si deseas resaltar un objeto específico, como una pintura o una escultura, la luz directa puede ser una excelente opción.
  • Ambientes minimalistas: la luz directa es ideal para crear un ambiente minimalista y moderno. Las lámparas de luz directa pueden aportar un toque de elegancia y sofisticación a un espacio, especialmente si se utilizan diseños modernos y estilizados como la lámpara de mesa Dambera.
  • Iluminación de exteriores: la luz directa es una excelente opción para iluminar espacios exteriores, como jardines o terrazas. Con ella se pueden alumbrar senderos o destacar áreas específicas, como una fuente o una estatua.

Elegir la mejor iluminación para tu hogar

Podemos concluir diciendo que la iluminación directa es perfecta para espacios como la cocina, el baño, zonas de teletrabajo, de estudio o lectura, o incluso para iluminar cuadros, fotografías y otro tipo de objetos que quieres realzar. 

La luz difusa, sin embargo, es mejor emplearla en estancias como el salón, los dormitorios, el recibidor o los pasillos. Estas zonas se verán beneficiadas con una iluminación indirecta y generalizada que imita a la luz natural.

Al final, a la hora de conseguir una iluminación ideal en tu casa, lo mejor es combinar tanto la luz directa como la luz difusa para crear diferentes ambientes. Eso sí, es necesario que puedas compensar bien ambos tipos de iluminación para evitar caer en la monotonía lumínica de una habitación.

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