Consejos para un perfecto mantenimiento de tus lámparas
¿Cada cuánto debes limpiar tus lámparas para mantenerlas impolutas?
La limpieza de las lámparas es esencial para mantener su brillo y funcionalidad, así como para preservar la estética que tenían en el momento de la compra. La frecuencia con la que se deben limpiar las lámparas puede depender de varios factores, como dónde están localizadas o el tipo de material del que están hechas.
Desde EGLO te recomendamos limpiar superficialmente las lámparas al menos una vez al mes, eliminando el polvo acumulado con un paño o un plumero y previniendo que la suciedad afecte la calidad de su luz. En lugares como la cocina o el comedor, deberás prestar una mayor atención al mantenimiento por la probable acumulación de grasa o humo, teniendo que limpiarlas más a menudo, aproximadamente cada dos semanas.
A largo plazo, deja de ser efectiva la limpieza superficial y te aconsejamos, por tanto, realizar una limpieza profunda por lo menos cada tres meses, teniendo que desmontarlas al completo y limpiar sus piezas una por una de manera individualizada con el objetivo de pulir hasta el más mínimo detalle y eliminar cualquier mota de polvo o grasa. Según el material de la lámpara, deberás tomar ciertas precauciones y tratarlas con más delicadeza, guiándote siempre por las instrucciones del fabricante.
Un factor clave en el mantenimiento de una lámpara es la observación del día a día de su estado, que irá indicando si necesitan una mayor o menor frecuencia de limpieza. Si percibes que la luz ya no penetra por el tejido de la misma manera, es probable que se tengan que higienizar cada menos tiempo.
Un factor clave en el mantenimiento de una lámpara es la observación del día a día de su estado, que irá indicando si necesitan una mayor o menor frecuencia de limpieza. Si percibes que la luz ya no penetra por el tejido de la misma manera, es probable que se tengan que higienizar cada menos tiempo.
Consejos para la limpieza de tus lámparas
Ahora que ya sabes cada cuanto tiempo es aconsejable que le realices un mantenimiento a tus lámparas, es el momento de descubrir cómo limpiarlas correctamente.
Desconecta de la lámpara
Lo primero de todo es la seguridad, por ello, para poder limpiar las lámparas sin riesgos ni posibles accidentes eléctricos, es necesario que se apaguen antes de empezar todo el proceso, e incluso si es posible, que se desconecte la red que les proporciona la electricidad hasta que se hayan secado correctamente.
Evita productos químicos fuertes
A no ser que sea algo estrictamente necesario, se debe evitar, en la medida de lo posible, utilizar productos de limpieza que contengan elementos químicos demasiado fuertes para el mantenimiento de las lámparas. Estos productos abrasivos pueden dañar las superficies y producir un efecto irreversible.
Limpiar por partes las pantallas
Es posible que incluyan pantallas desmontables o cristales que vas a tener que separar uno a uno para poder pulirlos bien. Un consejo en el caso de los cristales es limpiarlos con un paño suave bañado en agua tibia con un poco de detergente. Por otro lado, si las pantallas son de tela, te recomendamos que aspires el polvo y las laves con la ayuda de un cepillo suave.
Pedir ayuda para las lámparas colgantes
Para el mantenimiento de este tipo de lámparas, será mejor que pidas ayuda a alguien para realizar la tarea de forma más segura. Al estar colocadas en el techo, probablemente vas a tener que utilizar una escalera, silla u otro elemento que ayude a alcanzarlas. Por ello, lo más conveniente es que se haga en compañía para evitar caídas y poder desmontar mejor las piezas.
El mantenimiento de tus lámparas según su material
Hay que tener en cuenta que cada pantalla es un mundo que se deberá identificar para no estropear la lámpara y por consecuencia, dañar la intensidad con la que proyecta la luz de la habitación.
Desde EGLO, te recomendamos que sigas las instrucciones del fabricante, pero además, te enseñamos algunos de los tipos de pantallas más comunes en los hogares y cómo se pueden limpiar:
- De tela: con materiales como el algodón o el lino. Deben limpiarse con un cepillo suave y si hubiera manchas, con un paño humedecido en agua y detergente suave.
- De pergamino: hechas con papel resistente que deben higienizarse evitando el agua, simplemente quita su polvo con un paño limpio o aire comprimido.
- De vidrio: siendo transparentes, opacas o de algún color. Su limpieza se reduce a un trapo bañado en agua y vinagre y su posterior secado para evitar manchas de agua.
- De metal: perforado, con una malla o con diversos diseños. Deberán mantenerse con la ayuda de una bayeta mojada en agua y detergente suave, sin olvidar secarla cuando termine el proceso para prevenir su oxidación.
- De plástico: ligeras y duraderas, con diferentes colores. Te aconsejamos higienizarlas mediante un paño suave y seco para quitar el polvo. Si es necesario, utiliza un poco de agua y jabón, pero evita los químicos.
- De mimbre o bambú: en tendencia y añaden un toque natural y orgánico. Es una buena opción limpiarlas con un aspirador que tenga un adaptador de cepillo o en caso de manchas, con un trapo ligeramente humedecido. Hay que evitar exponerlas demasiado a la humedad.
El mantenimiento de lámparas es esencial para su buen estado y funcionamiento. Ahora que ya sabes todos los trucos y consejos, puedes ponerlos en práctica para que tus lámparas brillen como el primer día.